Un implante consiste en colocar un tornillo de titanio en el maxilar del paciente. Actúa como la raíz del diente perdido y sujeta la corona, que hace la función del diente natural.
A diferencia de las prótesis dentales, un implante no depende de otras piezas para sujetarse en boca, por lo que la sensacion de masticación y apariencia estética son similares a la de un diente real.
Además, con la implantología se evita la pérdida ósea y esa sensación de envejecimiento prematuro del rostro causado por la ausencia de piezas dentales.
Si la cantidad ósea no fuera suficiente para colocar el implante, se recurriría a técnicas de regeneración ósea, como son los injertos de hueso o la bioingeniería.
Actualmente, la tasa de éxito de los implantes es del 98,5%. Ese 1,5% restante que no consigue una buena integración entre el hueso y el implante, podría intentarlo pasado un tiempo con buenos resultados.
Mándanos un whatsapp